Hay bailarines y bailarines-coreógrafos que puede aprender siempre, incluso maestros menos favoritos, coreógrafos y directores pueden aprender y enseñarnos siempre algo, es aquel minuto en el que piensan que lo saben todo dejan de ser un activo valioso, es el caso de Xisco Dopico, siempre aprendiendo.
Xisco Dopico un bailarín-coreógrafo que baila cada día como si fuera la última función. Que guarda las alegrías del baile para el escenario, donde infunde con pasión, incluso en sus clases diarias.
Xisco, como quiere que le llamen sus amigos, es un bailarín, con mas de 10 títulos no solo nacionales sino a nivel europeo, donde con tan solo 7 años y con un premio de tan solo 5 de las antiguas pesetas. ya sabía que era su verdadera vocación, que ya lo tenía decidido desde tan corta edad, el baile, donde el apoyo de su madre fue crucial, en lo que hoy día es, Xisco, un gran artista de los escenario.
– ” El conocimiento y la profesionalidad, viene siempre de la mano de la experiencia…,”, nos comenta.
Se puedes hablar de un ejercicio o profesión miles de veces, e ir a 1000 clases y concursos dispares pero, a menos que salga del alma tan bonita profesión, donde no se necesitan palabras para hablar de amor, de sensaciones corporales, donde solo sin un profesional del baile como Xisco Dopico, no seríamos capaces de entender, donde ni tan solo un entendimiento filosófico del baile en general, sería capaz de hacernos disfrutar tanto del baile como cuando Xisco lo hace.
Encuentra la oportunidad de estar y aprender de los grandes, entre los que se encuentra Sara Vara, porque para estar en un escenario se debe de experimentar la performance de primera mano de los grandes para llamarse bailarín profesional, y Xisco, lo es.
La modestia en sus actuaciones es su mejor bandera, porque su verdadero éxito radica en los que hoy día son profesionales, profesionales, que el a muchos ha enseñado toda su experiencia, profesionalidad, arte, y lo mas importante, que transmitan humildad y respeto.
El baile, es una forma de arte corporal que nos obliga a concentrarnos en el presente lo que se aprendió del pasado, para ser un maestro como Xisco Dopico lo hace en el presente y que a través del legado que deja en sus alumnos para que perpetúen en el futuro, convirtiendo el baile en arte.